El alto nivel de desarrollo en China ha acarreado consecuencias medioambientales; la polución en ciudades ya ha sido considerada en estado de peligro por la Organización Mundial de la salud (OMS).
Los ciudadanos han acogido diferentes medidas de ahorro de energía y el Gobierno, además de reconocer la problemática ya ha puesto en marcha los planes que ha creado en solución a la presente situación, basándose entre otras cosas a la sustitución de energías que resulten menos contaminantes.