La Unión Europea vuelve a mostrar sus profundas fracturas. Si la crisis helena pone de manifiesto su falta de cohesión, otro claro ejemplo es la falta de acuerdo en cuanto a las cuotas de asilo. La cumbre de los 28 ha servido para dejar en manos de los Estados la acogida de inmigrantes sin imponer obligación alguna.
Algo que al primer ministro italiano considera insuficiente: “Si al afrontar un pequeño grupo de 40.000 personas no hubiéramos sido solidarios, podría tratarse de una tomadura de pelo contra Europa. Es impensable que Europa sea la patria del egoísmo porque es la patria de los valores compartidos.”
A la cifra citada por Renzi hay que añadir otros 20.000 refugiados que esperan obtener asilo y que también encontrarán barreras por parte de algunos gobiernos.
“En total ha habido siete países que han dicho que no pueden vivir con una formulación estricta como la que sugerimos. Ha sido un debate muy emocional que ha demostrado que era el momento de tener esa conversación en