La victoria de Irán contra Estados Unidos en la Liga Mundial de Voleibol por 3-0 ha sido también la de los ultras que vetaron la entrada de mujeres en el estadio de Azadi, en Teherán.
Tan solo una pocas mujeres familiares de los jugadores y dos árbitros pudieron ver el partido.
El acceso de mujeres a los espectáculos deportivos fue una promesa del Gobierno de Hasán Rohaní que no se ha llevado a
cabo por presiones de los movimientos ultraconservadores.
Grupos religiosos ultraintegristas repartieron octavillas en las que aseguraron que no iban a permitir prostitutas en el estadio.
El ayatolá Alavi Gorgani dijo que no había hecho una revoluciòn islámica en Irán para defender el derecho de las mujeres a entrar en los estadios.
El año pasado la prohibición a las mujeres despertó una ola de protestas y a la detención de una activista irano-británica, Ghoncheh Ghavami. Posteriormente fue liberada sin cargos. Había intentado ver un partido de voleibol masculino.