Las primeras negociaciones de paz, auspiciada por la ONU, entre el Gobierno yemení y los dirigentes hutíes ha comenzado con la ausencia, por el momento, del movimiento rebelde.

Aprovechando el comienzo del mes de Ramadán esta semana, el secretario general de la ONU ha pedido una tregua de dos semanas. “Tenemos la obligación especial de actuar. Incluso antes de los horribles combates, Yemen era uno de los países más pobres del mundo en una de las regiones más ricas del planeta”, aseguró Ban Ki-moon.

Más de 2.600 personas han muerto, la mitad eran civiles, desde que comenzó el conflicto. La población vive un bloqueo de facto alimentario, de agua y medicamentos, agravado desde que la coalición internacional, liderada por Arabia Saudí, comenzó una ofensiva para recuperar el control del país a finales de marzo.

Unas horas antes del encuentro en Ginebra, el general Fuad al Emad, comandante de la Brigada de la Tercera Brigada de la Guardia Presidencial, un alto mando huti, salía iles