Con una rotunda negativa a firmar un nuevo programa de rescate. El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, respondía así a las preguntas de los periodistas un día después de que se estancaran las conversaciones entre Grecia y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para buscar un acuerdo sobre la deuda helena.
Un bloqueo que criticó el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que pidió “propuestas serias” para desencallar la situación.
Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel insistió en la necesidad de seguir negociando con la Administración Tsipras para lograr un pacto con los acreedores internacionales y lograr así que el país pueda seguir en la zona euro.
Sin embargo, los ciudadanos griegos ven lejos un posible entendimiento entre las partes:
“Estas personas nos están llevando directamente a la ruina, no hay manera de que puedan llegar a un acuerdo. La deuda es tan grande que, por desgracia, no se puede cubrir, todo el mundo lo sabe”, dice un hombre.
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