Ante unos 65.000 fieles, el pontífice ha oficiado una misa en este estadio olímpico de la capital bosnia.
Una visita de un día de duración que tiene como objetivo apoyar la convivencia pacífica tras el conflicto y la construcción del futuro común, y mantener un diálogo ecuménico e interreligioso.
“En nuestro tiempo, el deseo de paz y el compromiso por construirla contrastan con el hecho de que en el mundo existen numerosos conflictos armados. Es una especie de tercera Guerra Mundial combatida por partes”, aseguraba.
El alcalde de Sarajevo ha otorgado las llaves de la ciudad al pontífice por su apoyo a la convivencia y pacificación de Bosnia-Herzegovina.
En la tarde, el papa Francisco mantendrá un encuentro interreligioso en el que participarán 200 representantes de todos los cultos presentes en Sarajevo: musulmán, judío, ortodoxo y católico.