Se ha encontrado que el atractivo físico es la variable que más evoca el efecto halo. El atractivo físico da a las personas una información medible sobre el efecto halo, y son algunas características del atractivo físico las que mejor evocan este efecto. Son estos rasgos específicos los que nos hacen juzgar la personalidad de un individuo. Son muchos estos rasgos específicos (por ejemplo, el color de los ojos, color del cabello, peso...). Por ejemplo, alguien que es percibido como atractivo, debido a una parte de sus rasgos físicos, también será percibido en gran medida como generoso o inteligente. El rol del atractivo en la evocación del efecto halo ha sido respaldado por muchos estudios. Un estudio reciente, por ejemplo, reveló que el atractivo puede afectar a la percepción que tenemos sobre la vida de esa persona, su éxito y su personalidad. En este estudio, el atractivo estaba correlacionado con el peso. Las personas percibidas como atractivas eran evaluadas como más amistosas y honestas.