Tailandia ha sido el último país en alejar de sus costas a los cientos de bengalíes y rohingyas que durante semanas malviven en pequeñas barcazas a la espera de pisar tierra firme.
Vienen huyendo de Bangladés y Birmania. Este último no reconoce la ciudadanía de la minoría musulmana rohingya.
Este viernes llegaron a la localidad indonesia de Langsa cerca de mil inmigrantes. Pescadores locales los rescataron de alta mar hambrientos y deshidratados. Su embarcación logró llegar a Indonesia tras ser rechazada en Malasia. Un “ping pong humano” que sigue aumentando.
La comunidad internacional ha pedido a Tailandia, Malasia e Indonesia que no abandonen a estos inmigrantes.
“Estimamos que otros 8.000 o más, aún no lo sabemos con certeza, se encuentran todavía atrapados en barcos a la deriva en el golfo de Bengala. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional y en particular a los países de la región para que resc