El balance de víctimas asciende ya a más de 6.600 muertos y 14.000 heridos. Hay más de mil personas desaparecidas entre los escombros. “La gente está tan asustada que no duerme en sus casas”, decía un habitante de la capital, Katmandú. El seísmo destruyó unas 160.000 casas y otras 144.000 resultaron dañadas.
El terremoto ha generado alrededor de 2,8 millones de desplazados internos en una población de 28 millones personas.
Cientos de nepalíes tratan de llegar a sus localidades de origen para echar una mano. En los pequeños pueblos de este país tan montañoso no ha llegado apenas ayuda.
Entre los fallecidos se encuentran 12 ciudadanos europeos y que unos 1.000 continúan sin ser localizados. El ministro español de Asuntos Exteriores aseguró que 59 de los europeos que todavía no han sido localizados son españoles.
El terremoto de 7,8 grados de magnitud en la escala de Richter, ha sido el de mayor registrado en Nepal en 80 años y el peor en la región en una década desde que en 2005