El bosque de coníferas septentrional constituye la mayor extensión forestal del planeta. El invierno es tan duro para los animales y la comida es tan escasa que los animales que allí viven se ven obligados a emigrar hacia el sur o hibernar. Pero cuando llega el verano y desaparece la nieve animales y plantas entran en una frenética actividad para alimentarse rápido y aparearse antes de que vuelva el crudo invierno.