Las precarias condiciones de los supervivientes en Nepal han dispado el miedo a la aparición de enfermedades.
Más de 600.000 casas quedaron destruidas o dañadas. El seísmo de 7,8 grados, del sábado, ha dejado 2,8 millones de desplazados, que carecen de lo más básico.
En Katmandú se han habilitado 21 campamentos.
“Me preocupa que mis hijos puedan enfermar, porque todo está muy sucio aquí. La gente defeca por todas partes y el agua para lavarse las manos o los platos no está limpia”, ha señalado una damnificada en un campamento de Katmandú.
Los supervivientes del terremoto en Nepal temen ahora tener que enfrentarse a la aparición de epidemias.
“Una enfermedad que siempre nos preocupa en una situación como esta es el sarampión, y UNICEF va a intentar llevar a cabo una campaña de vacunación de emergencia. El sarampión puede matar a los niños, especialmente a los que tienen una salud vulnarable. La diarrea es otra preocupación, y sólo hay que asegurarse de que los niños tengan la