Casi una semana después del seísmo, la ayuda humanitaria sigue sin llegar a las zonas más remotas de Nepal.
Como en esta pequeña localidad, Kattelda, en la región de Gorkha, cerca del epicentro del terremoto. Faltan helicópteros, faltan medios, pero algunos nepalíes como este profesor señalan a la corrupción como responsable del caos: “Muchos países extranjeros están enviando ayuda a nuestro país pero nosotros no recibimos ayuda alguna por culpa de la corrupción”, explica Shim Bahkta Kattel.
El epicentro del seísmo de 7,8 grados en la escala de Richter, se localizó a 34 kilómetros de Lamjung, y a 77 kilometros de la capital del país, Katmandú.
Pese a las dificultades, en estas últimas horas, camiones del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas han logrado distribuir comida en varias poblaciones, como en Balua. “Todo es muy difícil, conseguir comida, agua, aceite, sal, tener algo para alimentarse. Mi casa está destruida, no tengo nada, estoy en una situación muy difícil”,