La capital de Nepal ha quedado devastada tras el seísmo de 7,5 grados que ha dejado, al menos, unos 3.200 muertos. Un balance que podría aumentar ya que se cree quedan muchas personas bajo los escombros de los miles de edificios destruidos.
Las carreteras están dañadas y abandonar esta ciudad de un millón de habitantes con la ayuda de un vehículo es muy difícil.
Los habitantes recuperan lo que pueden con las manos, la falta de equipamientos de rescate y la dificultad para acceder a las zonas dañadas dejan escenas como de desolación. Los que no han abandonado la ciudad, han pasado una segunda noche más a la intemperie y bajo la lluvia.
El Banco Asiático de Desarrollo ha anunciado que concederá 200 millones de dólares a Nepal además de los 3 millones inmediatos para las tareas de ayuda humanitaria.
Miles de personas se agolpan en el aeropuerto de Katmandú a la espera de un vuelo. Se estima que unos 300.000 turistas extranjeros se encuentran en el país.