Mientras gobiernos e instituciones tratan de buscar la receta que ponga fin a las muertes en el Mediterráneo, el flujo de inmigrantes rumbo a Italia se mantiene.
Esta mañana ha llegado a Siracusa, en Sicila, un barco con 446 indocumentados, rescatados el martes. A ello se une la operación realizada este mismo miércoles a 40 millas náuticas de la costa de Libia para salvar a otras 115 personas.
Tras la catástrofe del pasado fin de semana, se estima que en lo que va de año unos 1.600 inmigrantes han perdido la vida en el Mediterráneo, cifra extremadamente alta en comparación con los 3.500 fallecidos en todo 2014, teniendo en cuenta que aún quedan por delante el verano, momento de gran afluencia por las condiciones meteorológicas. La sustitución de la operación Mare Nostrum de rescate el pasado año por Tritón, que cuenta con un tercio del presupuesto de su predecesora, también ha contribuido al aumento de muertes, según han denunciado varias organizaciones no gubernamentales.
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