La catedral de Turín exhibe la Sábana Santa.
Este trozo de lino de cuatro metros por uno es, según la tradición católica, la mortaja con la que se enterró a Jesucristo. Muestra las huellas de un hombre con barba y marcas de la crucifixión.
Pruebas de carbono catorce en los años ochenta la dataron, sin embargo, en la Edad Media. Hay quienes objetan que la contaminación de siglos falseó los análisis, que deberían repetirse con la tecnología actual. La Iglesia católica ni confirma ni desmiente.
“Desde el punto de vista científico no hay consenso, la Iglesia no tiene nada en contra de continuar la investigación”, comenta el arzobispo de esta ciudad italiana. Lo que más importa para los peregrinos y para la Iglesia, es que ante el sudario la gente siente el recuerdo de la obra de Cristo en sus corazones”.
La exposición permanecerá abierta desde este domingo hasta el 24 de junio.
Un millón de personas ya han hecho su reserva para asistir. El Papa Francisco lo hará poco antes de s