Sean Collins, de 22 años de edad, estaba en un club nocturno en Preston en enero para celebrar un cumpleaños cuando su disfraz de oveja fue incendiado por accidente.

Cuando el joven estaba en las afueras del club fumando con sus amigos, su traje de repente se incendió. El se las arregló para quitarse su disfraz en llamas en unos 10 segundos, pero no antes de sufrir graves quemaduras en los brazos y las manos.

Los paramédicos llegaron al lugar y mientras Collins era tratado, Thomas McGuinness, un guardia de seguridad, confeso que él estaba de pie al lado de la víctima y habían puesto accidentalmente el traje de Collins en llamas con su cigarrillo mientras hablaba con su novia.

Collins sufrio quemaduras en el 12% de su cuerpo y varios injertos de piel se necesitan para reparar el daño. El estudiante de ciencias forenses perdió los últimos dos meses de universidad y también perdió su trabajo en un McDonalds debido a sus lesiones.

El video de seguridad del lugar divulgado en la corte reveló que McGuinness uso un encendedor para prenderle fuego al disfraz.

El portero ha sido condenado a 18 meses de cárcel por agresión ilegal.

Collins ahora sufre de ansiedad y depresión después de enterarse de que fue incendiado deliberadamente y no por accidente.

McGuinness confesó que no había previsto las consecuencias horribles de sus acciones y fue sorprendido por las lesiones que le había causado.

Collins, sin embargo, dijo que estaba decepcionado por la sentencia, y que si el no se hubiera quitado el disfraz tan rápido como lo hizo, él podría haber muerto.