Un contratista privado que suministra servicios de comida a las cárceles de Michigan está en la mira tras una serie de escándalos sexuales y de seguridad alimentaria. En el más reciente, cuatro trabajadores han sido despedidos por comportarse inadecuadamente con los reclusos.

Pero no es sólo el sexo, en junio, 27 reclusos en la Instalación Correccional Parnall en Jackson descubrieron gusanos en su comida.

Dos días después, unos 30 presos sufrieron de diarrea, vómitos y dolores de cabeza.

También se informó de que la higiene de los trabajadores es deficiente y el personal de cocina ha sido visto trabajando con heridas abiertas y cortes.

En febrero, un video de seguridad mostró a una empleada en un refrigerador industrial teniendo relaciones sexuales con un preso. Funcionarios de la compañía dicen que las afirmaciones son una "exageración".

A las cuatro mujeres despedidas esta semana, se suma un total de 80 trabajadores a los que les ha sido prohibido el ingreso a las prisiones desde que la compañía comenzó su contrato con las prisiones de Michigan en diciembre pasado.