Decenas de personas se concentraron en el Ayuntamiento de North Charleston, ciudad donde el 47% de los habitante son de raza negra y un 37% de raza blanca para protestar contra la muerte de Walter Scott, un afroamericano desarmado al que un policía le disparo ocho veces por la espalda.
“Estoy aquí para decir que estoy cansado de ver como cada semana, cada día, cada 23 o 28 horas un joven negro es asesinado por un oficial de la policía”.
Estas palabras eran las de un manifestante indignado con la situación que vive el país, donde cada vez se engrosa más la lista de casos de policías que han matado a tiros a afroamericanos desarmados.
El hermano de la víctima ha dicho que la familia se encuentra bien en este momento pero que va a ser difícil superar la situación porque era el hermano mediano, el núcleo de la familia.
El agente de 33 años compadeció el miércoles ante el juez, un día después de haber sido detenido por asesinato, delito que en Carolina del norte puede ser castigado