Todo comenzó en la Plaza Maidán: en otoño de 2013 cientos de miles de ucranianos salieron a las calles de la capital para exigir la dimisión del presidente Yanukóvich y llevar a cabo una revolución. Muchos de los manifestantes pudieron regresar a sus puestos de trabajo, otros ocuparon los que se vieron obligados a dejar sus antiguos titulares.