Los habitantes de Barcelonnette, en los Alpes de Alta Provenza, en Francia, han sido testigos del accidente aéreo del Airbus A320 de Germanwings.
Esta localidad, de apenas 3.000 habitantes, situada a unos 15 kilómetros del lugar del siniestro, veía como un ruido inusual rompía su tranquilidad y su rutina cotidiana.
“Lo vi salir del pico a muy baja altitud… y comprendí que no podría ir muy lejos”, dice un vecino.
Algunos vecinos comparan el ruido del avión al precipitarse contra el suelo a una explosión.
“Oímos un estruendo, un ruido de motor de avión muy potente que resonaba en la montaña de ahí atrás y después un impacto, un ruido muy fuerte… como cuando hacemos explotar dinamita para las avalanchas”, explica una vecina.
“Estábamos cortando madera y oímos el impacto y después vimos el humo, enseguida la gente dijo que el avión había chocado, recibí mensajes como que el avión había caído, y vimos el humo ahí arriba”, cuenta un vecino.