La inflación se situó en febrero en el Reino Unido en el cero por ciento, un récord en debilidad en este país. La Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido dio a conocer esta cifra a ritmo anual que aun es menor que la de enero, cuando los precios al consumo solo habían aumentado tres décimas. Entonces, ya fue un récord histórico.
Aparte de los precios energéticos, que cayeron un dieciséis por ciento, la otra causa de esta inflación nula fue el descenso de los precios de los alimentos. Exactamente, un 3,4 por ciento. También hubo una bajada en los muebles y productos de ocio como ordenadores, libros y juguetes. Las cadenas comerciales libran una guerra de precios dada la escasa subida de los salarios. Aunque en los próximos meses se prevé incluso una inflación negativa, no se cree que el país entre en deflación.