Sólo tiene dos años, pero Hulk pesa 78 kilos y su cabeza tiene casi 70 centímetros de diámetro.
Pese a la mala fama que tienen los pit bulls, Hulk está bien entrenado y puede jugar sin problemas con niños pequeños.
Su tamaño tampoco tiene nada que ver con la dieta ni con el consumo de esteroides, como algunas personas han dicho sobre Hulk.
Sus cuidadores defienden que no se trata de una raza peligrosa, y que la clave está en su entrenamiento.