El primer ministro griego Alexis Tsipras amaneció el sábado asegurando en un disucrso televisivo que habían acabado “con las reducciones de salarios y pensiones, con las medidas que llevan a la recesión y con los superávits exagerados”.
Los periódicos llenaron los quioscos de titulares que saludan “el respiro” o “los siete días que cambiaron las relaciones con Europa” o “una oportunidad de cuatro meses”.
Para el funcionario Antonis Fiamendos “Así es como son los acuerdo: compromiso y negociación. Lo importante a partir de ahora es ir a trabajar y creo que las cosas van a ir bien. En cualquier caso estamos mejor que antes”.
Ahora Atenas trabaja a contrarreloj. Tiene hasta el lunes para presentar las reformas concretas, basadas en el acuerdo del viernes, que convenzan definitivamente a sus socios europeos.
Nada de eso impide que los escépticos, como el pensionista Paradissanos Rigas entienda que todo sigue igual: “A mi me parece que no ha cambiado nada. Quiero decir que más ade