Fuego, sables y cuchillas orientales son las herramientas de trabajo del madrileño Alberto Olmedo, el único peluquero ninja de Madrid.
Para cortar el pelo usa fuego a 1.300ºC, cuchillas enganchadas a los dedos y sables que maneja con la precisión de un samurái.
Las clientes se ponen literalmente en sus manos y se dejan cortar el pelo sin inmutarse: que la hoja de una afilada espada esté a sólo unos centímetros de sus cabeza no parece ser un problema.
Aunque utiliza métodos muy poco ortodoxos, quienes pasan por el salón de Olmedo no sólo repiten, sino que además, se lo recomiendan a sus amigas.