Continúan los combates en el este de Ucrania un día después del precario acuerdo de Minsk.
Al menos ocho militares han muerto y más de treinta han resultado heridos en ataques de los separatistas prorrusos, según el ejército ucraniano. En la localidad de Lugansk habrían perdido la vida al menos tres civiles.
La situación más difícil se vive en la zona de Debáltsevo, donde las tropas de Kiev se encuentran prácticamente sitiadas por los rebeldes. Se trata de un importante nudo ferroviario que los insurgentes aspiran a tomar antes del comienzo del alto el fuego que entrará en vigor el domingo.
Los dirigentes de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia, responsables del acuerdo, seguirán en contacto telefónico. Lo pactado incluye además, entre otros puntos, la retirada de las armas pesadas y de los soldados extranjeros de territorio ucraniano.
Este viernes Moscú ya ha pedido el levantamiento de las sanciones occidentales.