Un afrodisíaco es una sustancia que incrementa el deseo sexual. El término se deriva del nombre de la diosa griega del amor, Afrodita (Venus, entre los romanos), divinidad relacionada con la fecundidad y la energía primaveral. A través de la historia algunas comidas, bebidas y comportamientos han tenido la reputación de hacer que el sexo sea más placentero. Sin embargo, desde el punto de vista histórico y científico, los resultados aclamados pudieron haber sido debido a que funcionaría en realidad (el efecto placebo).1 En concreto, la ciencia médica occidental no tiene pruebas concluyentes de que alguna comida en particular aumente el deseo o el rendimiento sexual.
Algunos supuestos afrodisíacos obtienen su reputación de los principios de la magia simpática, como por ejemplo las ostras, debido a su forma.
Se pueden clasificar en cuatro tipos:
Afrodisíacos de acción central.
Afrodisíacos por asociación sensual.
Afrodisíacos por excitación de vías análogas a las sexuales.
Afrodisíacos por tradición cultural.