Un témpano de hielo, o iceberg en inglés, es un pedazo grande de hielo dulce flotante desprendido de un glaciar formado por nieve o de una plataforma de hielo.1
En el español de España, por ser un extranjerismo adaptado, el término iceberg se pronuncia [izebérg], o [isebérg] en lugares donde predomina el seseo; mientras que en el español de América sigue siendo un extranjerismo crudo, por lo cual se menciona como [áisberg].2 3
Al desprenderse de las zonas polares, los icebergs son arrastrados hacia latitudes más centrales del planeta (o sea, desde Norte y Sur hacia el centro), en parte ayudados por las corrientes marinas frías de origen ártico, como es el caso de la corriente del Labrador o Corriente de Groenlandia, lo que genera que estas masas de hielo sean un obstáculo en las rutas de navegación marítima, y también un peligro: un iceberg aparenta ser no muy grande porque sobresale del agua sólo la octava parte de su volumen total; de hecho, pueden alcanzar dimensiones enormes. Constituyen un peligro para la navegación ya que embarcaciones pueden dañarse y estrellarse con ellos. El hundimiento del Titanic es el ejemplo representativo de estos peligros, ya que es un caso conocido a nivel mundial que dio a entender el riesgo de la fragilidad de un barco y las terribles consecuencias que le siguen.