El plan desestabilizador y de derrocamiento del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, efectuado de febrero a junio de 2014, fue ideado por sectores ultraderechistas venezolanos y promovido por gobiernos extranjeros como el de Estados Unidos. Tal planificación propició manifestaciones supuestamente pacíficas, pero se provocaban desmanes y destrozos; toma y cierre de calles; cerco económico; todo en un discurso incendiario asegurando que el gobierno bolivariano violaba los derechos fundamentales de sus ciudadanos. No obstante la unión del pueblo con la Revolución Bolivariana, y el respaldo de la comunidad internacional desactivaron esas intenciones. teleSUR