El grupo automovilístico BMW acepta pagar 686 millones de euros a sus concesionarios en China por la caída de ventas en el país. Según reveló la asociación china de concesionarios, se trata de la mayor subvención recibida en el sector después de que el mercado de vehículos se ralentizara a la mitad en 2014. El argumento con el que los asociados presionan a las grandes marcas es que se quedan con un stock de automóviles demasiado elevado y esto le causa pérdidas en su negocio.
La dirección de BMW no quiso confirmar esta información, aunque la compañía alemana empezó a pagar este tipo de subvenciones en 2012. El japonés Toyota también se halla en negociaciones por la misma razón.