Al menos ocho muertos y más de ciento sesenta mil evacuados. Ese es el balance provisional que deja el temporal al norte de Malasia, en lo que los medios locales han calificado como las peores lluvias en décadas

El estado de Kelantan, uno de los más afectados, presenta calles completamente desbastadas y sus habitantes sobreviven, como pueden, en instalaciones habilitadas por el gobierno.

Un gobierno que, por otra parte, se encuentra en el el ojo del huracán. El primer ministro se ha visto obligado a adelantar la vuelta de sus vacaciones tras las críticas suscitadas esta semana por una foto de él jugando al golf en Estados Unidos mientras en su país estallaba la crisis de las inundaciones.

El temporal ha dejado miles de viviendas sin electricidad y en algunas zonas la única manera de conseguir alimentos y agua potable es mediante embarcaciones.

La situación podría agudizarse en los próximos días ya que las lluvias están lejos de remitir. Malasia se encuentra en plena estación de los monzones, un periodo que concluye, por lo general, en marzo.