Las medidas de seguridad se multiplican en torno a la zona de Martin Place en Sídney, donde se encuentra el café secuestrado. Pese a que las autoridades han elogiado el comportamiento de la población, numerosos testigos aún tienen problemas para asimilar lo ocurrido.
“Iba caminando hacia esta estación, subí las escaleras para pedir un café como siempre lo hago en esta cafetería, pero por alguna razón, en esta ocasión decidí encargarlo en la propia estación. Por alguna razón lo hice”, explicaba una mujer.
Un hombre vivió grandes momentos de tensión, ya que su hijo va a una guardería justo en frente del café: “Vine tan rápido como pude para tratar de recogerle y llevármelo lejos de esta horrible situación”.
Otra mujer se lamenta de que haya ocurrido algo así en Australia, tras lo visto en otros países: “Es un gran golpe para todos que nos acabe pasando algo así a nosotros”.
Las autoridades han pedido a los habitantes que retomen sus vidas con normalidad, evitando la zona, que permanece bloqueada por motivos de seguridad.