Golpe de efecto de la coalición de Gobierno entre conservadores y socialdemócratas del primer ministro Andonis Samarás. Tras las presiones de los acreedores internacionales adelanta dos meses la elección del próximo presidente de la República. Si no prospera llevará necesariamente a la convocatoria de elecciones generales.
Samarás ha designado como candidato al excomisario europeo y ex ministro Stavros Dimas, vicepresidente del partido del gobierno, Nueva Democracia. Defiende una política de unidad nacional para salir de la crisis y es un frente de resistencia a la izquierda que se opone a las políticas de austeridad.
Alexis Tsipras, líder de Syriza, el principal partido de la
oposición, calificó este adelanto electoral como “una victoria
popular y democrática importante”. El emergente grupo de izquierda Syriza quiere que la votación fracase y se convoquen elecciones generales que probablemente se celebrarían en febrero.
La opinión del analista Dimitris Tsiodoras: “El primer ministro Samarás apoya ahora la elección presidencial para que en el caso de que haya elecciones generales poder decirle a los votantes: o me votáis a mí para que yo pueda ultimar los acuerdos con los acreedores de la deuda o votad a Syriza y que ellos decidan si negocian o entran en conflicto con la Unión Europea”.
El 17 de diciembre el parlamento griego votará la candidatura de Dimas. Para que prospere necesita una mayoría de dos tercios. Un desafío y un dilema, como explica el corresponsal de Euronews en Atenas, Stamatis Giannisis: “La decisión del primer ministro griego es un desafío en el parlamento griego a los diputados independientes y a los de los partidos más pequeños. Les pone ante el dilema de ponerse del lado de la coalición pro-rescate o si no perder sus escaños en el caso de que las elecciones generales traigan una potencial victoria arrolladora del partido de izquierda Syriza”.