Más de 500 personas han vuelto a salir a las calles de Nueva York para protestar contra la decisión de un gran jurado de exonerar al policía blanco que causó la muerte a Eric Garner, de raza negra.
En un intento por rebajar la tensión, el ayuntamiento de la ciudad ha anunciado que unos 20.000 policias recibirán cursos de formación para evitar excesos.
Para la comunidad afroamericana el problema va más allá. “Queremos que el Departamento de Justicia y el Gobierno Federal reconozcan que el sistema del gran jurado a nivel estatal está roto y que no puede ser aplicado con la policía cuando se trata de cuestiones de delincuencia y homicidios”, señalaba el reverendo Al Sharpton.
Llueve sobre mojado en Estados Unidos donde los excesos policiales sobre la comunidad negra se multiplican: Eric Garner en Staten Island, Michael Brown en Ferguson, el niño de 12 años Tamir Rice en Cleveland y Rumain Brisbon en Phoenix.
“Respecto a nuestro sistema judicial, y desgraciadamente lo hemos visto en los últimos días, demasiados estadounidenses sienten una profunda injusticia cuando ven una brecha entre los ideales que profesamos y cómo se aplican las leyes día a día”, se lamentaba el presidente estadounidense, Barack Obama.
“No puedo respirar”; titulares y pancartas hacen referencia a las últimas palabras pronunciadas por Eric Garner, muerto al aplicarle una llave de estrangulamiento no autorizada en los reglamentos para proceder a su detención por venta ilegal de cigarrillos.