Obligados por sus superiores a tomar las armas y a utilizarlas contra su propio pueblo. Muchos de ellos debieron enfrentar la encrucijada de matar o morir. Los que se negaron a cumplir esas órdenes, fueron asesinados. Quienes las cumplieron, se convirtieron en cómplices de brutales crímenes de lesa humanidad.