Todos los sectores desde los transportes hasta la enseñanza, la administración la sanidad o los comercios están llamados a la huelga.
Amberes ha sido la primera en sentir las consecuencias de esta parálisis. La compañía nacional de ferrocarril no ha secundado la huelga pero la presencia de piquetes en las provincias de Hainaut, Limburgo o Luxemburgo perturban, hoy, el transporte nacional e internacional.
Este pulso contra el gobierno ha sido auspiciado por un frente sindical formado varias corrientes. Se oponen al retraso de la edad de jubilación y a suspender la indexación salarial anual, entre otras medidas incluidas en el pacto gubernamental entre liberales francófonos y tres formaciones flamencas.