Según los servicios secretos, esta facción, adscrita a los talibanes pero que cuenta con cierta autonomía, orquestó el ataque, perpetrado por un suicida que se inmoló, estallando los explosivos que portaba, durante un partido de voleibol.
“La explosión tuvo lugar durante el partido. Había cadáveres y heridos por todas partes. Murieron más de 50 personas. Tres primos míos fallecieron y mi hermano y otros tres primos resultaron heridos”, explicaba un testigo, que resulto herido en el atentado.
Se trata del ataque más mortífero que sufre el país en cuatro años, al que hay que añadir al menos sesenta heridos.
Haqqani, que por su parte no ha reivindicado la autoría, controla amplias zonas del sureste de Afganistán. Estados Unidos la incluyó en su lista de organizaciones terroristas en 2012