Mateo Renzi intenta solucionar la crisis social que se vive en Italia. El primer ministro se ha reunido en Roma con representantes de la industria europea para presentarles su reforma laboral, bautizada en inglés, “Jobs Act”, que intenta atraer inversión extanjera a su país.
Pero lo cierto es que el antiguo alcalde de Florencia no ha conseguido darle un vuelco a la economía del país transalpino.
“El verdadero problema es que Renzi no tiene el consenso de los trabadores y de la gente que busca trabajo en este país” lamenta Murizio Landini, secretario general del sindicato de la metalurgia (FIOM), “así que si quere cambiar verdaderamente el país debe negociar con los trabajadores, con la gente que verdaderamente quiere el cambio”.
Las principales plataformas sindicales han convocado una huelga general el próximo día 12 de diciembre.
Italia se encuentra en recesión por decimotercer mes consecutivo.
La adopción de esta reforma laboral es clave para la frágil economía que Bruselas vigila de cerca. Roma está a la espera del visto bueno de la UE a sus cuentas para 2015.