Israel refuerza la seguridad en la Ciudad Vieja con un despliegue de soldados en los alrededores de las sinagogas tras el ataque del martes por dos palestinos en un centro religioso de Jerusalén Oeste en el que fallecieron cinco personas.
El ejecutivo israelí ha comenzado también ha destruir las casa de autores de atentados como parte de su dispositivo de castigo. Una práctica intolerable para los palestinos y muy criticada por algunos sectores israelíes. Hacia las cuatro de la mañana una fuerte explosión derribaba el apartamento de Abdelrahmane Shalodi, en el barrio de Silwan en Jerusalén Este. Shalodi fue el autro del atentado del 22 de octubre en el que murieron un bebé de tres meses y una ecuatoriana de 22 años.