El primer ministro Victor Ponta lidera los sondeos con su lema “Orgullosos de ser rumanos” y está aprovechando la halagüeña coyuntura económica que vive el país para llegar a la presidencia el domingo.

Su principal rival, el candidato conservador Klaus Iohannis, ha tenido que subirse al tren del patriotismo en los últimos compases de la campaña tras la acusación de Ponta de no ser un verdadero rumano.

Este protestante perteneciente a la minoría alemana se vio obligado a cantar el himno del país en la última rueda de prensa para demostrar que es igual de rumano que su oponente.

El socialdemócrata Ponta acabó hace dos semanas en cabeza con el 40% de los votos mientras que su rival consiguió diez puntos menos. Pero para ganarse la confianza de los indecisos, los dos candidatos tendrán que convencerles de que su lucha contra la corrupción endémica será real.