El sindicato de los trabajadores del sector había previsto concluir el parón la madrugada del lunes pero ha anunciado que como gesto de buena voluntad pondrán fin a la mayor huelga de la historia de los ferrocarriles alemanes a las seis de la tarde del sábado.
“Al principio pensaba que era bueno responder a sus demandas pero ahora creo que es exagerado”, decía un pasajero afectado.
Dos decisiones de justicia dieron la razón a los maquinistas y ratificaron la legalidad de una huelga que empezó el miércoles con los trenes de mercancías y el jueves también afectó a los de pasajeros.
“En larga distancia, alrededor del 30% de los trenes están funcionando pero hay diferencias dependiendo de la región. En el este de Alemania entre el 15% y el 20% de los trenes funcionan y en el oeste son entre el 50 y el 60%”, decía el portavoz de Deutsche Bahn, Achim Stauss.
La huelga convocada para exigir unas mejores condiciones laborales ha provocado la cancelación de dos tercios de los servicios ferroviarios del país y amenazaba las celebraciones por los 25 años de la caída del muro de Berlín que tendrán lugar el domingo.