Al sur de la Franja de Gaza, no lejos de la frontera israelí, estas excavadoras se dedican a renivelar el terreno antes de la temporada de lluvias.
De esta zona proviene la mitad de la producción agrícola de Gaza. Los campos han sido asolados y los sistemas de riego destruidos durante la ofensiva israelí del verano pasado.
“Es la tercera vez desde el año 2000 que asolan nuestras tierra, dice Abou Hani, agricultor. Si no acabamos el trabajo antes del invierno, los campesinos no podrán cultivar sus terrenos.”
Los equipos del CICR llevan a cabo las obras para que los agricultores puedan sacar adelante la próxima cosecha.
Este es uno de los pocos proyectos emprendidos en Gaza para reparar los daños causados por el conflicto, que destruyó decenas de miles de casas y numerosas infraestructuras. Pero la reconstrucción tarda en concretizarse.
Además del bloqueo impuesto por Israel desde que Hamás tomara el control de Gaza en 2007, un complejo mecanismo de vigilancia restringe la entrada y la distribución de materiales de construcción provenientes de Israel en el enclave palestino.
En Jerusalén, el gobierno israelí teme sobre todo que el cemento y el acero sean utilizados para otros objetivos, como lo subraya Emmanuel Nahshon, portavoz isaelí del Ministerio de Exteriores:
“Cuando vemos los túneles que han sido construidos por Hamás, nos encontramos ahí casi todo el cemento y los materiales introducidos en la Franja de Gaza estos últimos años. Nos decían que el cemento iba a servir para construir escuelas, hospitales, edificios públicos, y en realidad hemos descubierto que estaba en los túneles de Hamás. En cuanto Hamás entienda que no debe utilizar los materiales que entran en Gaza para fortalecerse militarmente, nosotros podremos colaborar mucho más.”
Apenas unos pocos cientos de toneladas de cemento y acero han sido distribuidos; harían falta 6.000 toneladas al día para reconstruir Gaza, según estiman los profesionales del sector.
Las empresas que almacenan y distribuyen el cemento están sometidas a estrictas normas de seguridad, con cámaras de vigilancia y la visita regular de inspectores internacionales.
Así lo explica Mahar Khalil, director financiero de la empresa, Al Shammaly:
“Los observadores han venido a controlar los almacenes y nos dijeron que el cemento debe permanecer aquí hasta nueva orden. Todos los días tenemos problemas con la gente de aquí. Les decimos que tenemos que respetar las consignas que nos dan a nivel internacional para distribuir los materiales, pero ellos no lo entienden, porque realmente necesitan el cemento.”
Los proveedores y beneficiarios de los materiales están identificados en una base de datos controlada por la Autoridad Palestina, la ONU y las autoridades de Israel. Y cada proyecto de construcción debe ser aprobado por Israel.
El sector de la construcción, que emplea a mucha mano de obra proveniente de Gaza, está parado, tal como señala Farez Abu Hamra, director de la fábrica de cemento Al Nahda:
“Hoy en día la economía del país está paralizada, destruida. Además se acerca el invierno, y la gente que perdió su casa va a sufrir mucho.”
Se destruyeron unos 350 sitios industriales, dejando sin empleo a miles de obreros.
Esta fábrica de dulces era la más importante de la Franja de Gaza, y generaba 450 empleos directos, y otros tantos indirectos.
Aunque tengan autorización para reconstruir, la fábrica no va renacer de sus cenizas por sí misma, según nos dice Manal Hassan directora de la confitería Alawda:
“Aunque haya material de construcción en el mercado, necesitamos dinero, necesitamos efectivo para reconstruir nuestra fábrica y el edificio. Pero no tenemos ni la liquidez, ni la ayuda de ningún tipo de partido, ni de nadie para iniciar las reparaciones.”
La autoridad palestina y parte de la comunidad internacional, consideran que el acuerdo de reconstrucción logrado por la ONU, sólo va a endurecer el bloqueo israelí sobre Gaza.
Una situación potencialmente explosiva según el ministro de obras públicas del gobierno de unidad palestino, Moffeed M. Al Hassina:
“Si seguimos las pautas de estos acuerdos, nos va a llevar 20 años reconstruir Gaza. No puede ser, no lo vamos a conseguir. En mi oficina se presentan cada día más de 200 personas, vienen hacia mi, gritando, me amenazan, y me dicen: «¡Ustedes no están haciendo nada por nosotros, su gobierno no hace nada! Si no somos capaces de lograr consenso en el gobierno de unidad, vamos a tener serios problemas, y esta región volverá a ser inestable.”
Aunque el Gobierno de Unidad debería consolidar la reconciliación entre Hamás que controla Gaza, y Fatah que encabeza la Autoridad Palestina en Cisjordania, la unidad se complica por las diferencias entre estas facciones.
Fatah debería relevar a Hamás en el puesto fronterizo de Kerem Shalom en el sur de la franja de Gaza, pero el remplazo sigue haciéndose esperar. Lo que retrasa aún más la aplicación del plan de reconstrucción.
La comunidad internacional ha prometi