El Banco Central ruso sube el tipo de interés de referencia al 9,5%. Un punto y medio más para intentar detener la sangría del rublo que ha perdido este año un 22% de su valor en su cotización con el dólar por la crisis ucraniana. Además de las consecuencias directas de esta crisis para la economía rusa, están las sanciones impuestas por la Unión Europea y por Estados Unidos y también la caída de los precios del petróleo.
Así las cosas, la divisa rusa ha vuelto a marcar mínimos en estas últimas horas. Un euro se negociaba a casi 54 rublos mientras que un dólar se cambiaba por más de 43 rublos, la que era la barrera psicológica.
Ahora la principal preocupación para Moscú es la inflación que se sitúa en torno al 8,4% que, según algunos analistas, podría dispararse si persiste la debilidad del rublo.