EL MÁGICO MUNDO DEL BÚHO BLANCO - DOCUMENTAL - PBS NATURE .
El búho nival (Bubo scandiacus) es una especie de ave estrigiforme de la familia Strigidae. En Estados Unidos se le conoce también como búho del Ártico o el gran búho blanco. Hasta recientemente, estaba visto como el único miembro de un género separado, Nyctea scandiaca. Es una estrigiforme de gran tamaño y uno de los cazadores alados más poderosos de la tundra.
Esta ave de ojos dorados mide 53 a 65 cm de longitud con 120 a 150 cm de envergadura. El adulto macho es virtualmente blanco puro, y hembras y jóvenes muestran pequeñas manchas negras en el abdomen, que hasta pueden predominar. A veces son pardas. Su plumaje es grueso, pesado, y con coloración muy blanca en el búho nevado, bien adaptado al ambiente norte del círculo polar ártico.
La nota más característica de este búho es su plumaje blanco, que le sirve de camuflaje para el ambiente en el que vive y que, a diferencia de los de las demás clases de búhos, que en machos y hembras son casi del mismo color, en el de esta especie presenta en la hembra unas rayas marrones.
Como en todos los cazadores de la tundra, sus movimientos están supeditados a los rigores del clima y la disponibilidad de alimento, acompañando a las aves viajeras en sus desplazamientos hacia el sur cuando las temperaturas bajan hasta límites insoportables. Su alimentación es muy variada, incluyendo aves de mediano tamaño y peces, aunque la parte más importante de su dieta la componen las liebres y, sobre todo, aprovecha la gran despensa natural que suponen los lemmings para todos los carnívoros de las regiones subárticas. La dependencia que los predadores tienen de los lemmings es tal que, durante los años que sus poblaciones alcanzan su máximo, los animales cazadores tienen también las camadas más abundantes, las aves sacan adelante más pollos y las densidades de carnívoros sobre la tundra aumentan considerablemente. De forma paralela a esta explosión de recursos, los búhos nivales comienzan sus puestas acondicionando un espartano nido. Directamente sobre el suelo ponen un número muy variable de huevos que empiezan a incubar desde el primero. Pasadas cuatro o cinco semanas, los huevos eclosionan y la hembra permanece de continuo en el nido durante al menos un mes, protegiendo a sus hijos de las bajas temperaturas y alimentándose de las presas aportadas por el macho.
FUENTES : WIKIPEDIA