El barril de Brent llegó a alcanzar este miércoles su suelo en 47 meses, para recuperarse levemente, pero sin superar los 85 dólares. El débil crecimiento económico mundial ha reducido la demanda y algunos miembros de la OPEP como Venezuela ya han solicitado una disminución de la producción para que el precio repunte.

No obstante, tal como defienden numerosos analistas, este descenso tan acelerado, del 25% desde el pasado junio, esconde una estrategia de Arabia Saudí, mayor productor mundial, para frenar a la competencia.

“Estamos en una especie de guerra de precios. Tenemos más producción que demanda y creo que es parte de una estratagema de Arabia Saudí para detener la revolución que supone el petróleo de esquisto y presionar a los productores estadounidenses más que otra cosa. No obstante, creo que llegaremos a un mínimo más bajo, que creo que estaría en torno a los 80 dólares por barril”.

De ello podría beneficiarse la Unión Europea, que podría ahorrar 80.000 millones de dólares de su factura energética en 2015. Si el precio se mantiene tan bajo, los analistas estiman que este año ya podrá ahorrar 25.000 millones de dólares en sus importaciones respecto a 2013.