Huellas de la guerra en Donetsk, a pesar de la tregua firmada en el este de Ucrania. El alto el fuego decretado el pasado 5 de septiembre no ha traído la calma a este barrio cercano al aeropuerto de la ciudad, donde los enfrentamientos entre las tropas ucranianas y los rebeldes prorrusos se producen a diario.

Las dos partes se acusan mutuamente de empezar los ataques.

“Todos los balcones han quedado dañados por la metralla, todo estaba ardiendo. Si no hubieramos enviado al niño lejos, ahora estaría muerto. Hay disparos cada día. Hay llantos cada día”, se lamenta esta mujer.

Según la Alcaldía de Donetsk, siete civiles perdieron la vida y otros 20 sufrieron heridas de diferente gravedad en los bombardeos de artillería registrados el fin de semana.

“¿Qué alto el fuego? ¿A esto se le puede llamar alto el fuego? Podrán hacer acuerdos y negociaciones, pero eso no cambia nada. Nos siguen bombardeando”, se lamenta esta anciana desde el hospital.

La preocupación por la fragilidad de la tregua y las constantes violaciones al alto el fuego aumenta también fuera de Ucrania. Estados Unidos ha enviado a Kiev a su secretaria de Estado adjunta para Asuntos Europeos, Victoria Nuland, para tratar este tema con las autoridades ucranianas.