Según los datos del departamento federal de Estadística, los contratos en agosto retrocedieron un 5,7% respecto al mes anterior, una caída que no se daba desde enero de 2009. Las causas, según la institución, son la inquietud en el este de Ucrania y la ralentización de la recuperación de la Eurozona, lo que ha lastrado las inversiones de envergadura.

“La situación económica sigue siendo muy complicada, incluyendo en Alemania, en lo relativo a los pedidos industriales. Eso no son buenas noticias. En la Eurozona se está experimentando una limitación masiva porque las economías de la zona euro no van bien”, explica Robert Halver, analista de Baader Bank.

Especificando, la demanda interna experimentó un descenso del 2% respecto a julio, mientras que la procedente del extranjero retrocedió un 8,5%. De ésta, las demanda de la Eurozona sufrió una bajada mensual del 5,7% mientras de que del resto del mundo fue del 9,9%.