Las últimas cifras oficiales calculan que la erupción de hace cinco días ha dejado 47 muertos aunque esta podría aumentar ya que varias personas dicen desconocer el paradero de sus allegados.
Más de 1.000 policías, bomberos y soldados salieron al alba en busca de nuevas posibles víctimas a la cima de este monte de más de 3.000 metros de altura situado entre las provincias centrales de Nagano y Gifu.
Tras suspender las operaciones de rescate el martes por causa del mal tiempo, ayer se descubrieron otros once cadáveres. Un balance de muertos que hace que esta sea la peor erupción que vive Japón desde la II Guerra Mundial.
Según un vulcanólogo entrevistado por una televisión japonesa, las piedras, algunas de un metro de diámetro, llegaron a salir disparadas a una velocidad de 300 kilómetros por hora.
El monte Ontake es uno de los lugares más apreciados por turistas y montañeros.