Nuevo alto a las operaciones de rescate en el volcán japonés Ontake, que el pasado sábado entró en erupción de forma inesperada.
Las tareas de búsqueda de posibles supervivientes en el volcán, cuya erupción ha causado al menos la muerte de 36 senderistas, se han vuelto a suspender ante el riesgo de nuevas explosiones de lava.
Una decisión que ha tenido lugar después de que la Agencia Meteorológica de
Japón detectara un leve temblor durante la pasada madrugada que podría
suponer una nueva erupción. Hasta entonces unos 800 policías, bomberos y miembros del Ejército del país trabajaban en tareas de rescate.
Además de los fallecidos, las autoridades niponas han informado de que la explosión de lava ha causado hasta el momento 69 heridos, 30 de ellos de gravedad.
El monte Ontake, situado entre las prefecturas de Gifu y Nagano, es el mayor volcán de Japón tras el Monte Fuji. Cientos de personas practicaban senderismo en el
momento de la erupción y la mayoría pudieron abandonar la zona o
fueron evacuados.