Las bacterias extremófilas son microorganismos capaces de soportar condiciones extremas, ya que, por lo general, no se encuentran en condiciones habituales en las cuales viven los seres vivos: pH neutral, temperaturas medias entre 37°, salinidad baja, etc. La primera investigación que se realizó fue en el parque Yellowstone, en donde el botánico y microbiólogo Thomas Brock encontró microorganismos en aguas demasiado calientes que, para ese entonces, se creía imposible que albergaran alguna clase de ser vivo; también hubo otro descubrimiento importante que fue el de extremófilos en las aguas supremamente ácidas del río Tinto