Así se comienza a respetar el acuerdo de alto el fuego que alcanzó el presidente Petro Poroshenko y que pretende acabar con un conflicto que ha costado 3.000 vidas.
El plan prevé una zona de 30 kilómetros desmilitarizada que servirá de frontera provisional entre ambos bandos en la zona separatista se encuentran las ciudades de Lugansk, Donetsk y Mariúpol.
En un periodo de tres años, ha prometido Poroshenko para alcanzar esta paz temporal, la parte rebelde podrá acceder a más autogobieno, aunque en ningún caso contempla la partición del país.
El presidente tiene la vista puesta en la ayuda que ha solicitado a los Estados Unidos; en Rusia, que podría instaurar una pequeña guerra fría con Ucrania, y en su propio país, ya que las elecciones parlamentarias son el 26 de octubre y su margen de maniobra dependerá de si gana una coalición favorable.